domingo, 17 de noviembre de 2013

JÓVENES TELEVISORES

El pasado sábado llegue a casa, tras una mañana de paseo en bici por el valle de Aranguren aprovechando el día soleado que hacía, con la intención de pasar un rato con mis primos pequeños antes de la hora de la comida, pero al entrar en casa lo único que me encontré fue un chico y una chica (pasando la mañana) delante del televisor sin nada que decirse. Tras ver aquella situación en casa, decidí preguntarles a mis primos sobre el tiempo que le dedicaban a la televisión y después de unos minutos de conversación mi prima me contó que muchas chicas de su clase quedaban a la tarde ,después de jornada en el instituto ,cerca del colegio porque  ahí  tenían wiffi libre y dedicaban las horas a chatear o reírse con videos que habían recibido por whats app.
Generación tras generación las horas que la dedicamos las personas a estas tecnologías aumenta a un ritmo descontrolado. ¿Quién no ha oído a su hermano pequeño o algún otro miembro de la familia pedir un móvil antes de los 12 años? A esa edad tengo muy buenos recuerdos con mis amigos de la plaza jugando en la calle, recuerdos que las futuras generaciones no tendrán si aumenta esta dependencia a las máquinas.

Esta imagen hace replantearse las horas que tiramos a la basura intentarnos evadirnos del aburrimiento o de nuestras propias preocupaciones, aislándonos en las nuevas tecnologías. ¿Por qué tenemos la necesidad de acudir a una vía de escape      como la     televisión? En mi opinión este gesto no es más que un reflejo de la falta de interés o curiosidad que tenemos por  otros aspectos de la vida. Preferimos anestesiar nuestras mentes viendo programas de cotilleo o reallyties y pasar el rato sin pensar en el tiempo que estamos desaprovechando. Pensar en ello sería incluso peor, ya que eso solo es añadir más cargas  a nuestras vidas por lo que tendríamos más razones todavía para distraernos delante del televisor.  
Creo que el problema reside en la pereza. Es muy fácil levantarse una mañana y pensar que debo hacer esta tarea  o la otra y como no me apetece , me tumbo  un  en el sofá para distraerme un rato, pero para cuando nos queremos dar cuenta hemos visto 5 capítulos seguidos de la misma serie. En ese momento es cuando surge esa sensación de haber tirado el día a la basura. Irónicamente luego nos quejamos de no tener tiempo para nosotros mismos y nos estresamos muchísimo en épocas de mas trabajo , como por ejemplo en exámenes. Dedicarle unos minutos al día a reflexionar sobre las horas invertidas en el ordenador, televison, móvil …  nos podría ayudar a mejorar. Aunque este punto de vista parezca algo negativo, tiene muy fácil solución. Siempre hay algo que hacer en casa, charlar con alguien, leer un libro o simplemente bajar a la calle a echarte un café , cualquier cosa que hagas después de haber apagado el televisor te sentara mejor, ya que habrás vencido la pereza.
Con este texto no quiero decir debamos tirar el televisor al contenedor, sino que tenemos que controlar las horas que estamos expuestos a ella o buscar alternativas más productivas



y divertidas, sacarle el máximo partido posible a las horas del día, coger esa apatía y transformarla en ganas de vivir.

A partir de ahora voy a empezar a aplicar estos principios en mi. No quiero volver a sentir esa sensación que a veces me ocurre al meterme a la cama y pienso que he desaprovechado el día. Espero que estéis conmigo y lo intentéis también.

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